D.E.P Mi mas sentido pesame a la familia.

Adiós al tallista de un equipazo.

Fallece a los 97 años Rafa Iriondo, entrenador artífice del título de Copa en 1977. Emblema del Athletic, fue mito del beticismo tras aquella final ante los rojiblancos.

Luis Carlos Peris | Actualizado 25.02.2016 - 07:06

Rafa Iriondo, con la Copa del Rey de 1977.

Rafael Iriondo Aurtenetxea, uno de los emblemas futbolísticos de la posguerra y un icono en la historia del Real Betis Balompié, falleció ayer a la edad de 97 años. Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gaínza fue lo que se dio en llamar la segunda delantera histórica del Athletic tras aquella de Lafuente, Iraragorri, Bata, Chirri y Gorostiza que en los años treinta colmó de plata la sala de trofeos bilbaína.

Rafa Iriondo jugaba de extremo derecho, estuvo en el Athletic desde 1940 a 1953 y era el único superviviente de aquella delantera que movía Panizo y que tenía en Telmo Zarra a un implacable ejecutor. Iriondo había nacido en Guernica el 24 de octubre de 1918 y ganó con los rojiblancos una Liga y cuatro Copas del Generalísimo. Fue internacional en dos ocasiones, en sendos amistosos que acabaron en derrota ante Eire y en aquella histórica primera vez que nos ganó Portugal, aunque le cupo el honor de haber conseguido el gol español.

Rafa Iriondo fue un futbolista que tenía en una técnica depurada su mejor cualidad. Su puesto lo dejó cuando emergió pujante un futbolista muy parecido a él, Arteche. Cuando dejó San Mamés en 1953 jugó una temporada en el Baracaldo para colgar las botas en 1955 defendiendo la txuri urdin de la Real Sociedad tras la retirada del mítico Epi.

Hizo el curso de entrenador y se hizo cargo del Athletic Club en 1968 sustituyendo a su amigo del alma Piru Gaínza. Y se estrenó ganando la Copa de 1969 al Elche, lo que no fue suficiente como para seguir en el banquillo de San Mamés. En Bertendona, la sede de Athletic Club por aquel entonces, entró la fiebre de ir a los ancestros britanizando el club de arriba abajo contratándose a un entrenador del prestigio de Ronnie Allen. A Iriondo le ofrecieron ser la mano derecha del inglés, que ejercería de mánager, pero se negó en redondo y salió de San Mamés muy contrariado.

Entrenó a la Real Sociedad, al Zaragoza aquél de paraguayos como Ocampos, estuvo una temporada en el Athetic y llegó al Betis en una situación bastante convulsa. Otoño de 1976 y el entrenador del Betis ha de marcharse. Las autoridades húngaras reclamaron la vuelta de Ferenc Szusza, aquello no tuvo forma de arreglarse y José María de la Concha pensó en el vasco como sustituto.

Era un Betis muy cimentado por Szusza y Rafa Iriondo iba a darle un plus de solvencia mediante la calidad y el fútbol combinativo. Los entrenamientos con él eran espectaculares mediante el protagonismo del balón. Enamorado de las condiciones de Antonio Benítez, lo bajó varios metros y una tarde de invierno cerrado en Heliópolis decidió darle cancha a un joven extremo del filial llamado Rafael Gordillo Vázquez, que, precisamente, cumplía 59 años el mismo día en que murió el hombre que lo hizo debutar.

Y el Betis, que había despedido a un entrenador sacándolo a hombros del estadio, se encontró con un sustituto que iba a sacarle al equipo todo lo que encerraba en sus adentros. Esa 76-77 pudo el Betis hasta ganar la Liga tras haberle ganado al Real Madrid en casa y en el Bernabéu, pero una mala noche ante el Málaga como local sería mortal. Claro que el premio gordo no tardaría en llegar y sería, precisamente, frente a su equipo de toda la vida.

La final de la primera Copa del Rey propiciaría que Rafa Iriondo entrase para los restos en el Olimpo bético. Aquel 25 de junio de 1977 quedó grabado en oro para los béticos tras los dos goles de López a servicios de Cardeñosa y una tanda penaltis interminable que culminaría con la parada legendaria de Esnaola a Iríbar.

En la Recopa sería memorable la eliminatoria con el Milan de Albertosi, Capello y Rivera con gol decisivo de Javier López en San Siro. Exhibición grandiosa en el Olímpico de Lepzig y una encerrona en Rusia que el bueno de Rafa quiso arreglar a grito pelado en el aeropuerto moscovita de Sheremetyevo reclamando la presencia inmediata de Leonidas Breznev, el omnímodo inquilino del Kremlin.


Esa temporada hubo una tarde crucial en Carranza. 12 de febrero y el Betis golea al Cádiz, pero pierde a uno de sus puntales para lo que queda de curso, Antonio Benítez. La ausencia del genial jerezano sería mortal para una plantilla cogida con alfileres y que se fue de Rusia a Murcia sin solución posible. Se fue Iriondo por la puerta de atrás, pero sin un reproche de nadie. Era tan querido por los béticos que cuando, en septiembre de 1981, Luis Aragonés tiró la toalla a causa de unas migrañas insufribles, el Betis volvió a tirar de Iriondo. Fue destituido a cuatro partidos del final y sustituido por Pedro Buenaventura, que devolvería al equipo a competición continental.

Se le ha ido al beticismo un hombre emblemático, bueno y muy peculiar. Parecía su gabardina parte de su cuerpo, tuvo en Megido y en Ladinszky sus mayores tormentos y confiaba en la palabra de Pepe Núñez sin dudarlo. Cuando el Betis iba a Bilbao, él no faltaba y se plantaba en el hotel Villa de Bilbao, a tiro de piedra de su casa, para visitar a esa gente que le dio la satisfacción más grande de su vida, la primera Copa del Rey. Esas visitas se dieron durante mucho tiempo, justamente hasta que en la expedición bética ya no figuraba su mejor amigo en el vestuario, Vicente Montiel Cortés. Descanse en paz un hombre bueno y un entrenador excepcional.

www.diariodesevilla.es/article/realbetis/2226794/adios/tallista/equipazo.html

El Betis pierde a otro mito: ha muerto Rafael Iriondo.

El entrenador del equipo que ganó la Copa del Rey en 1977 fallece en Bilbao a los 97 años. Además de meter al conjunto verdiblanco en la Recopa, también ayudó a clasificarlo para la Copa de la UEFA en 1982.

Luis Lastra /Sevilla /24 feb 2016 / 21:50 h.

El 24 de febrero de 2016 dejó una noticia pésima para el Betis. Rafael Iriondo, uno de los entrenadores más importantes de su historia, falleció en Bilbao a los 97 años. Su consideración como leyenda o mito no es gratuita. El club verdiblanco sólo ha ganado tres grandes títulos en 108 años de vida y él lo condujo a la consecución del segundo de ellos, la Copa del Rey de 1977, la primera de Juan Carlos I como monarca español, obtenida en una igualmente legendaria y mítica tanda de penaltis ante el Athletic en el Vicente Calderón. El óbito fue anunciado a primera hora de la noche de este miércoles por el club bilbaíno, en el que Iriondo también fue entrenador y jugador, leyenda y mito. «Un grande de nuestra historia», refirió el Betis.

Rafael Iriondo Aurtenetxea nació en Gernika el 24 de octubre de 1918. En su etapa como futbolista formó parte de una de las delanteras históricas del Athletic, la que muchos en la capital vizcaína repiten de corrido con él en primer lugar: Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza. Tras hacer la mili y jugar en Tetuán, debutó en Primera en 1940. Era extremo derecho y permaneció trece años en las filas de los leones. Luego se marchó al Barakaldo, en Segunda, pero pronto retornó a la máxima categoría como futbolista del eterno rival del Athletic, la Real Sociedad. Fue internacional en dos ocasiones y se retiró en 1955. En su palmarés como jugador figuran una Liga (42-43) y cuatro Copas (42-43, 43-44, 44-45 y 49-50), todas con el Athletic, con el que jugó 326 partidos y marcó 117 goles.

Su carrera como entrenador comenzó en Segunda con el Indautxu. También pasó por el Alavés antes de recalar por fin en 1968 en el Athletic, al que guio en dos etapas distintas. En la primera (68-69) se proclamó campeón de Copa. Luego pasó por el Espanyol (69-70) y el Zaragoza (71-72), en ambos casos en la categoría de plata. En 1972 fue fichado por la Real Sociedad, con lo que se convirtió en el único caso de jugador y entrenador de los dos grandes de Euskadi. En Donosti estuvo dos campañas y su mayor logro fue una cuarta plaza liguera en la segunda de sus temporadas allí. En 1974 regresó al Athletic, con el que fue semifinalista de Copa un año y quinto en la Liga al siguiente.

En 1976, el Betis de José Núñez Naranjo contrató a Iriondo para sustituir a Ferenc Szusza. Su debut fue una derrota en Elche (2-0), pero la apuesta no pudo salirle mejor. En su primer año en Heliópolis, el club verdiblanco acabó quinto en la Liga y, sobre todo, consiguió la famosa Copa del Calderón frente al equipo de la vida de Iriondo, el Athletic. Su imagen durante la eterna tanda de penaltis que comandó Esnaola es una de las instantáneas más emblemáticas de la historia verdiblanca. Curiosamente, Iriondo no llegó a La Palmera hasta noviembre, así que no inauguró el camino bético hasta la final. El técnico en la primera eliminatoria, ante el Barakaldo, fue Pedro Buenaventura, ya que Szusza estaba ausente.

Al año siguiente, el míster de Gernika tuvo el honor de llevar al Betis a los cuartos de final de la Recopa de Europa, pero también le tocó sufrir el trago de bajar a Segunda. Tras su paso por Sevilla se sentó en el banquillo del Rayo Vallecano, pero en 1981 regresó a Heliópolis para relevar a Luis Aragonés, que había dado la espantada con la Liga recién estrenada alegando problemas de salud. El vasco contribuyó a la sexta plaza liguera y por tanto la clasificación para la Copa de la UEFA, rematada con Pedro Buenaventura en el tramo final de aquella campaña 81-82. En total dirigió 88 partidos de Primera como entrenador verdiblanco. El último fue una derrota en Valladolid (3-0) el 21 de marzo de 1982. En el Athletic registró 92 de Liga y 113 en total, con la Copa y la UEFA. Fue y será una leyenda en San Mamés como también lo fue y lo será en el Villamarín. Descanse en paz.

elcorreoweb.es/deportes-betis/el-betis-pierde-a-otro-mito-ha-muerto-rafael-iriondo-CA1417756

Gordillo y el presidente representarán al Betis en el funeral de Iriondo.

El exjugador debutó en el primer equipo precisamente a las órdenes del vasco. Habrá minuto de silencio en el partido ante el Rayo Vallecano.

El Decano /Sevilla /25 feb 2016 / 11:48 h.

El Betis, como no podía ser menos, estará presente en el funeral de Rafael Iriondo, que falleció este miércoles en Bilbao a los 97 años. La ceremonia, que se celebrará hoy o mañana en la Basílica de Begoña, en Bilbao, contará con la asistencia de otro mito verdiblanco, Rafael Gordillo, y el presidente del club, Ángel Haro. La familia de Iriondo y el Athletic todavía no han decidido cuándo será el acto, ya que se da la circunstancia de que el equipo rojiblanco juega esta tarde un partido de la Liga Europa contra el Olympique de Marsella. En ese partido, por cierto, San Mamés guardará un minuto de silencio y los ‘leones’ lucirán brazaletes negros en su memoria, según ha anunciado el Athletic.

Que Gordillo acuda al sepelio de Iriondo tiene su simbolismo, y no sólo por ser el actual responsable de Relaciones Institucionales del Betis. Su carrera futbolística estuvo muy ligada al técnico de Gernika, ya que fue él quien le hizo debutar en el primer equipo del Betis. Fue el 30 de enero de 1977, en un partido contra el Burgos en el estadio Benito Villamarín. El entonces chaval de 19 años entró en el minuto 63 en lugar de Cardeñosa.

El Betis, además, rendirá un homenaje al entrenador que le dio la Copa del Rey de 1977, la primera de su historia, en los prolegómenos del encuentro de Liga ante el Rayo Vallecano (sábado, 20.30 horas). En concreto habrá un minuto de silencio, tanto por él como por el aficionado que falleció de un infarto durante el partido con el Sporting de Gijón.

elcorreoweb.es/deportes-betis/gordillo-y-el-presidente-representaran-al-betis-en-el-funeral-de-iriondo-MK1419358

FOTOGALERÍA. La carrera de Rafael Iriondo en diez imágenes.

El entrenador que condujo al Betis a la Copa del Rey de 1977 falleció este miércoles en Bilbao a los 97 años. También fue un mito en el Athletic y una referencia en la Real Sociedad.

El Decano /Sevilla /25 feb 2016 / 11:03 h.