Pumpido

Pumpido, un portero marcado

 

 

 

 

 

Nery Alberto Pumpido fue portero de la selección argentina campeona del mundo en 1986 y recaló en el antiguo Villamarín en la temporada 88/89. El arquero argentino se caracterizaba por sus saques de portería perfectos y medidos a los pies de sus compañeros y sus paradas de rodillas cerrando el hueco de las piernas y con los brazos tapando el resto de la portería. Fue un fichaje de Martínez Retamero a tocateja, y su único pero fue la responsabilidad achacada del fracaso de la promoción de descenso contra el Tenerife en la temporada 88/89. Alrededor del arquero se comenzaron a desatar rumores además sobre una supuesta compra del encuentro.
Nacido el 30 de julio de 1957 en Santa Fe, Argentina, Nery Alberto Pumpido comenzó su carrera deportiva precisamente en el equipo de su ciudad, el Club Atlético Unión de Santa Fe, y en el año 1976 se hizo profesional. En 1982 se marchó a la capital federal para jugar en Vélez Sarsfield. Sus actuaciones le valieron para que el director técnico de la selección nacional, César Luis Menotti, le llevara al Mundial de España de 1982 como tercer portero. Jugó en Vélez hasta que en 1984 el River Plate lo fichó. En el Monumental defendió la portería hasta 1988, y con los millonarios ganó una Liga, la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental en 1986. Ese mismo año, Pumpido acudió al Mundial de México como portero titular de su selección, ganándole el puesto al Luis Alberto Islas. Pumpido recibió cinco goles a lo largo de los siete partidos que llevaron a la selección argentina a ganar el Mundial de Fútbol. En 1987 sufrió una lesión bastante absurda. En una sesión de entrenamiento con River, saltando bajo el larguero para tocarlo con la mano, un dedo se le enganchó en una de las trabillas de la portería que sujetan la red, propiciando la pérdida de una parte de su falange. Debido a este accidente, creció una de sus leyendas, la que decía que Pumpido jugaba con varios dedos. El propio arquero desmintió esa leyenda en varias ocasiones, además recordaba que si hubiera sido cierta no hubiera pasado el reconocimiento médico en la entidad verdiblanca.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y ya en 1988, el portero argentino dejó River Plate para fichar por el Real Betis. Estuvo en el equipo verdiblanco tres años, y fue en su primera temporada cuando el Betis descendió a la Segunda división, entre una nube de rumores que acusaban al portero de haberse vendido en la promoción contra el Tenerife. Algo que todavía continúa negando y argumentando. Luego, aun jugando en la Segunda división, fue llamado para jugar el Mundial de Italia en 1990, donde por desgracia se lesionó de gravedad. Fue en el minuto 10 del segundo partido, ante la Unión Soviética, cuando Pumpido chocó con su compañero Olarticoechea y se rompió la tibia y el peroné. Fue sustituido por Sergio Goicoechea, que curiosamente se convirtió en el mejor portero de la cita mundialista de 1990. El meta verdiblanco fue tratado en Sevilla por el jefe actual de los servicios médicos del Betis, Tomás Calero. En diciembre se recuperó y volvió a Argentina, a su equipo de toda la vida, el Club Atlético Unión de Santa Fe, donde acabó retirándose un año después. Con la selección albiceleste jugó en 38 ocasiones y ganó la Copa del Mundo en 1986.
Después comenzó su etapa como técnico, en la que ha dirigido precisamente al Club Atlético Unión de Santa Fe y al Olimpia de Paraguay, con el que ganó la Copa Libertadores en 2002, convirtiéndose en el primer técnico argentino ganador de una Copa Libertadores en un equipo extranjero. Después estuvo dirigiendo a los Tigres de México llevando al equipo a la final del Torneo Clausura en 2003. En 2005, Pumpido volvió al fútbol argentino, a Newell’s Old Boys de Rosario. Allí estuvo hasta principios de 2007. Ese mismo año se hizo cargo de la difícil situación de los Tiburones Rojos de Veracruz de la liga mexicana. Tras once partidos acabó destituido.
Actualmente, Nery Alberto Pumpido es el manager deportivo de su club de toda la vida, el Club Atlético Unión de Santa Fe.  Desde 1992 no ha vuelto a Sevilla. Sobre su compañero y amigo Maradona ha confesado que “no le deseo su vida a nadie” y ha declarado en más de una ocasión que su mayor sueño es ser entrenador del Betis.

 

 

 

 

 

 

 

 

Nery con mi hijo Javi (forero Pancraté)