Pol crea un equipo para otra perla crossera: Eric Tomás.
Ha sido noveno en el test y ahora se centrará en el debut de su equipo en el Nacional de 85cc, el Team 44 by Polyccio, hecho para una joya de 13 años.
19 de febrero de 2016 11:07h CET
Pol Espargaró tenía muchas ilusiones puestas en el test de Australia en el que ha finalizado noveno, a 0.587 del mejor tiempo, obra de Maverick Viñales, pero también encontrará alicientes para estar motivado el fin de semana, aunque no sea él ya quien vaya encima de la moto... Lo hará Eric Tomás, el vigente campeón de España de motocross en 85cc y que con sólo 13 años no veía la forma de intentar defender su título este curso por falta de medios. Sin embargo, lo va a poder hacer a partir de mañana sobre una KTM gracias al apadrinamiento del piloto del Monster Yamaha Tech3, que ha creado para su joven colega catalán de La Garriga (Barcelona) el Team 44 by Polyccio.
Será así como el próximo Jorge Prado, como le llaman los que mejor le conocen, pueda salir mañana a dar gas en el circuito El Barrero, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). El chaval, como no puede ser de otro modo, está muy agradecido al piloto de MotoGP: "No tengo palabras para expresar el agradecimiento que tanto mi familia como yo sentimos por el gran apoyo que nos ha brindado Pol, más aún cuando nuestra situación para poder continuar compitiendo era especialmente crítica debido a un coste que no podíamos asumir. Gracias a todo esto estoy más motivado que nunca para competir al máximo nivel. Es muy bonito ver cómo un piloto campeón del mundo y que ahora compite en MotoGP ha querido ayudarme a continuar con mi sueño de llegar a lo más alto del motocross. ¡Tengo muchas ganas de empezar!”.
El pequeño de los Espargaró, por su parte, asegura sentirse reflejado al ver al joven Eric, hijo de David Tomás, piloto exmundialista en las categorías de 250cc y 500cc: “Viví esta situación cuando era pequeño, mis padres pusieron todo lo que tenían y más para que tanto mi hermano como yo pudiéramos cumplir nuestro sueño y para que nos dedicásemos a lo que nos apasionaba. Pero llegó un día en el que nos sentaron para decirnos que se había terminado, que no había más dinero. Y sin dinero no había motos… ¡Eso es muy duro de encajar! Entonces tuvimos la gran suerte de que un ángel en forma de patrocinador, el RACC, nos acogiera y nos lanzara al mundo profesional. Hace unos días José Gutiérrez, un amigo en común, me explicó el difícil momento en el que estaban Eric y sus padres; yo no podía creer que un niño con tanto talento y una familia que da todo por su joya, estuvieran en esa situación. Entonces me acordé de mis inicios y de las personas que nos ayudaron para ver si algún día podíamos brillar en MotoGP. Y como estoy seguro de que veremos a Eric volar por encima de los mejores americanos del mundo cuando sea mayor, en unos años, quiero sentirme orgulloso de haber sido, de alguna manera, partícipe de un bonito proyecto y de una exitosa carrera deportiva. Mi ayuda es pequeña, su talento enorme”.
Sólo una cosa más que añadir: ¡Olé, olé y olé!
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